CULTURA PARA LA ESPERANZA número 41. Otoño 2000.

CARTA A LOS OBISPOS

Respetado y querido Sr. Obispo:

Le adjunto el libro titulado Grupos Financieros Internacionales. El capítulo X –el último- lo titulo "Juicio desde la doctrina social de la Iglesia", encontrando –me parece- una laguna, porque en ella se da más importancia a los problemas de la economía real que a la economía financiera. Era lógico porque, entonces, lo sustantivo era la economía real y lo adjetivo la financiera. Pero en estos últimos años, el vuelco ha sido verdaderamente espectacular. No parece sino que, hoy, las finanzas se han disparado, de tal manera, que se ha convertido en lo sustantivo de la vida económica, y la economía real ha sido relegada a un segundo plano. Por poner un ejemplo, la multinacional SIEMENS genera sus beneficios en la siguiente proporción: el 30% los genera con la fabricación de sus productos y el 70% los obtiene en el campo financiero.

Precisamente, en estos días, los medios de comunicación social nos han dado la noticia de que Michel Camdessus, hasta hace muy poco tiempo el máximo dirigente del Fondo Monetario Internacional, ha sido nombrado asesor del Vaticano en el área económica y financiera. Es verdad que este personaje siempre ha hecho gala pública de su catolicismo. Pero esto no es garantía de que su gestión haya sido verdaderamente humanitaria.

Los criterios que siempre impone el FMI para la concesión de sus créditos suelen ser: 1) restricción del gasto público, que afecta sustancialmente, a la educación, la sanidad y las subvenciones a los artículos de primera necesidad; 2) presión para que se paguen los intereses y el capital de la DEUDA EXTERNA, que dichos países tienen contraida con organismos internacionales públicos y con instituciones financieras privadas de otros países; 3) otras medidas complementarias, que llevan aparejadas que las masas populares de los países a los que se les ha concedido créditos sufran bajo las formas del paro, situaciones dramáticas de grupos amplios de población cada vez más hambrientos, tensiones sociales, prostitución, etc.

Todo ello ha llevado al hecho inhumano de que el FMI ha servido para defender mucho más a los fuertes (instituciones bancarias de los países ricos) que a los débiles. Por eso, causa escándalo que un hombre así –por mucha capacidad técnica que tenga, que la tiene- sea ahora asesor del Vaticano.

Hace varios años que Mario Conde fue al Vaticano a ofrecer un simposio sobre "Ética y capitalismo". Y aunque el cardenal Echegaray los recibió diciendo: "No sabemos a qué viene aquí el capitalismo si a pedir el bautismo o la penitencia", que en lenguaje diplomático era una clara advertencia... esas palabras no llegan al gran público... y lo que queda son las imágenes que repetidamente salieron en la televisión.

Personalmente, pienso que "el capitalismo se volverá cristiano cuando el tigre se vuelva vegetariano". Y que la doctrina -pensamiento único- tan extendida de la globalización neoliberal es el más reciente episodio de que "la economía se ha vuelto cruel, dura, implacable".

Ya me doy cuenta de que todo esto es muy discutible. Por eso recibiré con talante de servicio y fidelidad eclesial cuantas advertencias me quiera hacer.

Suyo affmº. en Cristo,

Luis Capilla

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