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Los niños soldados liberianos, en primera línea de fuego

El niño debe ser protegido contra toda forma de abandono, crueldad y explotación. No será objeto de ningún tipo de trata. No deberá permitirse al niño trabajar antes de una edad mínima adecuada; en ningún caso se le dedicará ni se le permitirá que se dedique a ocupación o empleo alguno que pueda perjudicar su salud o su educación o impedir su desarrollo físico, mental o moral ( Principio 9 de la Declaración de los Derechos del Niño).

 

El conflicto armado en Liberia que enfrenta desde el año 2000, a las tropas rebeldes contra el gobierno de Charles Taylor, ha devuelto a los niños a la primera línea de fuego. Se los puede ver cada día recorriendo las calles de Monrovia sobre camiones desde donde exhiben sus rifles automáticos. A pesar de que el gobierno de Liberia no se cansa de negarlo, diversos trabajadores humanitarios han constatado el reclutamiento de niños en los colegios de la localidad de Ganta para el ejército. Algunos de los niños soldados del ejército de Taylor no llegan ni a los diez años de edad, y muchos de ellos se unieron a las milicias gubernamentales como voluntarios para vengar la muerte de sus padres a manos de los rebeldes.

Uno de estos niños es Boakai, que fuma un cigarrillo y lleva un rifle AK-47, a pesar de que sólo tiene nueve años. Boakai se alistó con las milicias de Taylor después de que miembros del grupo rebelde Liberianos Unidos por la Reconciliación y la Democracia (LURD), mataran a sus padres en Gbama, un pequeño pueblo a 125 km al noroeste de la capital. Ahora sólo quiere encontrar a los asesinos de sus padres y matarlos.

Los rebeldes también utilizan a los niños soldados. Durante uno de los recientes ataques a una población al nordeste, varios testigos aseguran que vieron a niños lanzando granadas y disparando con sus rifles. Muchos de estos jóvenes combatientes ya tienen asumida la idea de que morirán en combate antes de que se hagan mayores.

J-Boy dice tener 16 años, aunque parece más pequeño. Lleva una camiseta amarillo chillón en la que se lee: La muerte mejor que la vida. "Moriré por mi país", dice. J-Boy llegó al ejército siguiendo los pasos de su hermano mayor que ya ha muerto en combate. "Mi hermano mayor era un soldado, pero murió; me dijo que me hiciera soldado porque ganas dinero", añade.

Los niños soldados son muy apreciados porque son los menos temerosos ante un enfrentamiento; a veces, incluso llegan a oficiales. Los niños soldados han estado en primera línea de fuego en Liberia desde que Taylor comenzó su lucha hacia el poder durante la primera guerra civil del país, a principios de los 90. Su movimiento Frente Patriótico Nacional de Liberia los agrupaba en la unidad de los "pequeños chicos". "Más de 5.000 niños soldados que participaron en la primera guerra civil desde 1989 a 1996 fueron desarmados y ahora, en esta nueva guerra en Liberia, vemos de nuevo a los niños involucrados dentro de las fuerzas combatientes", dice Garmondeh Clinto, director ejecutivo del grupo en defensa de los derechos de los niños Child Peace Liberia. "Este número ascendente de niños soldados necesita atención urgente y acciones prácticas para atenderlos. No es una buena señal para el futuro de Liberia", añade.

ACCION CULTURAL CRISTIANA. Sierra de Oncala 7, Bjo. Dcha. 28018 Madrid (España) Correo electrónico: acc@accionculturalcristiana.org