CULTURA PARA LA ESPERANZA número 37. Otoño 1999.
Más allá de simplificaciones
Romper la espiral infernal de la deuda
Septiempre 1999
El 19 de junio de 1999, el grupo de los siete países más industrializados reunido en Colonia decidió la anulación de una parte de la deuda de los Estados más pobres. Esta medida engañosa no pone fin al escándalo de los préstamos a los países del Sur que ya han reembolsado más de cuatro veces el capital prestado inicialmente. De hecho, las condiciones de aplicación de esta decisión reducen considerablemente las reivindicaciones sobre esta cuestión: en el mejor de los casos solamente se perdonará el 2% de la deuda total del Tercer Mundo.
Desde 1997 los países del Tercer Mundo y del antiguo bloque del Este se ven enfrentados a una nueva crisis, por tres razones: la caída de las rentas por exportación; el aumento de los tipos de interés sobre los nuevos créditos; la disminución de los flujos de capitales. Deben, de hecho, reembolsar su deuda exterior en divisas extranjeras (generalmente en dólares) y, para hacerlo, utilizan una parte, más o menos grande, de las rentas por exportación (petróleo, gas, minerales sólidos, caucho, azúcar ... ) que están a la baja, entre un 15% y un 40 % en 1998, según los productos.
Esta caída provoca dificultades para reembolsar la deuda y, como los plazos están fijados, estos países contratan nuevos créditos para poder devolver los antiguos. Pero los intereses que deben pagar aumentan (mientras que, en el Norte, se mantienen estables, incluso a la baja). En el período 1998-1999 los Estados más industrializados han concedido préstamos con intereses que oscilan entre el 3% y el 5% (mientras que en Japón este índice está cerca de cero), al tiempo que países como Brasil, Argentina, México, Tailandia, deben pagar entre el 10% y el 15%.
Hay otro factor agravante: los capitalistas del Norte, que colocaban su dinero en el grupo de países llamados emergentes (México, Brasil, Argentina Chile, sureste asiático ... ), están ahora cambiando de dirección. Según el Banco Mundial, entre 1997 y 1999, los flujos financieros hacia los países de periferia han caído en un 47% (135 millardos de dólares en 1997 frente los 72 millardos de 1998); los préstamos bancarios se han reducido en un 58% (cerca de 60 millardos en 1997 frente a los 25 millardos de 1998).
Existe una imbricación estrecha entre la crisis por endeudamiento de los países del Tercer Mundo (así como los del antiguo bloque de Europa oriental) por una parte, y las primeras etapas de desregulación de los mercados financieros: creación del mercado de los eurodólares en la segunda mitad de los años 60 que permitió a los bancos privados prestar con todos sus recursos a los países del Tercer Mundo.
Los préstamos al Tercer Mundo se desarrollaron enormemente a partir aquella época y hasta finales de los años 70, porque los bancos privados, el Banco Mundial (BM) y los gobiernos del Norte pusieron en práctica una política activa de préstamos con bajos intereses, incluso con intereses negativos. Para los países del Sur resultaba por tanto muy interesante endeudarse en aquella época, sobre todo porque sus rentas por exportación crecían, lo que les permitía reembolsar sin demasiadas dificultades el interés y el capital a la vez.
Los gobiernos del Norte han favorecido este endeudamiento para encontrar una vía de salida a sus productos. Por su parte, los bancos privados, disponían de una masa considerable de capitales en depósito (eurodólares, petrodólares...) que intentaban colocar.
El BM, cuyas orientaciones están determinadas por Estados Unidos, perseguía un objetivo estratégico: favorecer el desarrollo de algunos países del Tercer Mundo aliados a las potencias occidentales para que constituyeran un muro contra el peligro de extensión de proyectos revolucionarios, o simplemente antiimperialistas. Bajo la presidencia de Robert McNamara (1968 - 1981) -ex secretario de Defensa de Estados Unidos durante la guerra de Vietnam-, el BM aumentó de manera considerable las sumas prestadas, pero con fuertes "condicionamientos", en especial el abandono de los cultivos hortícolas en beneficio de los cultivos de exportación. Una gran parte de los megaproyectos energéticos (presa del Inga en el antiguo Zaire, presa sobre el Narvada en India), o de construcción de carreteras (transamazónica en Brasil), considerados hoy, a la vez, como "elefantes blancos" y desastres ecológicos, del BM que contribuyó poderosamente a conectar las economías de la periferia con el mercado mundial dominado por los países más industrializados.
Una dependencia creciente
La crisis del endeudamiento del Tercer Mundo, que estalló en 1982, se debe al efecto conjugado del alza repentina de los intereses, decidido por la Reserva Federal de Estados Unidos a finales de 1979, la caída de las rentas de exportación y el frenazo de los créditos bancarios. Ha estado gestionada por los gobiernos del Norte y las instituciones financieras multilaterales (FMI, BM) y privadas (los grandes bancos), con el objetivo de hacer entrar en un ciclo de dependencia creciente a los países del Tercer Mundo y de Europa oriental, que habían conseguido una verdadera potencia industrial, incluso financiera. En cuanto a los países menos desarrollados, que no habían experimentado un proceso acumulativo de industrialización, su subordinación a los intereses de los principales países industrializados se ha visto incrementada.
Entre 1982 y 1998, los países de la periferia reembolsaron en conjunto más de cuatro veces lo que debían. Sin embargo, el montante de su deuda exterior era, en 1998, cuatro veces más elevado que en 1982. Los acreedores internacionales, el FMI, el BM, el Club de París (que agrupa a los gobiernos del Norte en tanto que acreedores) y el Club de Londres (que reúne a los bancos privados del Norte) dictan sus condiciones a los países endeudados. Obra maestra de estas condiciones: la aplicación de los planes de ajuste estructural que son una herramienta para domesticar a los países del Tercer Mundo y del Este europeo.
Generación y acentuación de las políticas de ajuste estructural, aumento del paro (23 millones de empleos se han perdido en el sureste asiático desde el estallido de la crisis en 1997), reducción drástica de los gastos sociales, aceleración de las privatizaciones, degradación de la enseñanza y la sanidad, desregulación de las relaciones de trabajo, enorme aumento del número de personas que viven por debajo del umbral de pobreza absoluta...
Negarse a anular la deuda exterior y aceptar la imposición de políticas de ajuste equivale a negar ayuda a personas y pueblos en peligro.
Hay tres categorías de acreedores por deuda exterior de los países de la periferia: las instituciones multilaterales (principalmente el FMI y el BM), el sector privado (bancos, fondos de pensiones, mutual funds ... ) y los Estados (principalmente los más industrializados). Los miembros del G-7 no se plantean, en ningún caso, una anulación de las deudas contraídas con el FMI y con el BM. Pero, para la gran mayoría de los países del Africa subsahariana, oscilan entre el 30% y el 75%. El FMI y el BM jamás renuncian a cobrar una deuda. El máximo esfuerzo que están dispuestos a hacer es crear un fondo (llamado trust fund o fondo fiduciario), alimentado por los países miembros, y dentro del cual se moverán para conseguir las devoluciones.
En lo que respecta a la deuda exterior en manos de instituciones privadas, ningún jefe de Estado propone medidas de anulación. Aunque ésta representa más del 50 % de la deuda de los principales países de América Latina y del sureste asiático.
Las eventuales medidas de anulación sólo se refieren a las deudas de Estado a Estado, con el Club de París, que actúa como un cartel de acreedores frente a los gobiernos, que deben presentarse por separado. Desde 1996 se ha hablado mucho de una posible anulación que llegaría hasta el 80%, según la opción tornada por el G7, en junio de 1996, en Lyon. En su reunión de junio de 1999, en Colonia, el G7 decidió llevar la eventual anulación, en 1999, hasta el 90%. ¿De qué se trata en realidad?
Un país endeudado que quisiera beneficiarse de tal medida debería ser (muy) pobre y estar muy endeudado. Esto es así para la mayoría de los países del Africa subsahariana - salvo Nigeria, el país africano más poblado (120 millones de habitantes), que ha sido retirado de la lista (1) - a los que se añaden algunos países de América Central (Nicaragua, Honduras) y del Sur (Bolivia y Guayana): como máximo, 41 países de 150. Quedan, de hecho, excluidos de esta categoría países como México, Brasil, India, Bangladesh y los del sureste asiático. Sin embargo, la mayoría de los pobres del planeta viven en esos países.
Segunda condición: el Estado debe haber aplicado, durante seis años, un programa de ajuste estructural reforzado (que generalmente llega después de diez o quince años de ajuste interior). Los países que reúnen estas condiciones son muy pocos: Uganda, Mozambique, Bolivia... ¿Qué significa para ellos la anulación de una deuda de Estado a Estado que puede llegar hasta el 80% (incluso el 90%)? No se tiene en cuenta, antes que nada, la renegociación pues, en general, los países endeudados han efectuado renegociaciones a partir de 1985 (o antes).
Tomemos un ejemplo teórico. Un país africano debe 3 millardos de dólares; 2 millardos al BM y al FMI, 800 millones a países miembros del Club de París y 200 millones a bancos privados del Norte. Para calcular el montante que sería eventualmente anulado solo se tienen en cuenta los 800 millones debidos al Club de París y, en esos 800 millones, la cantidad renegociada. Consideremos que la primera renegociación tuvo lugar en 1985, año en que la deuda considerada se elevaba a 300 millones. Admitamos que se aplique el máximo de anulación posible según los acuerdos del G7 en Lyón en 1996, es decir, el 80%. En el mejor de los casos se anularán 240 millones. ¿Cuál será el porcentaje real anulado de la deuda? 240 millones de un total de 3 millardos, lo que representa el 8%. Si el índice de anulación se eleva, como se ha prometido en Colonia en 1999, al 90%,. el resultado serían 270 millones de anulación, es decir, una reducción real de la deuda del 9%. Teniendo en cuenta que los precios de los productos exportados por esos países están a la baja, la anulación no significaría, ni siquiera, un alivio real. En total, las medidas anunciadas en Colonia en junio de 1999 representan un alivio de la deuda del Tercer Mundo cercano a los 25 millardos de dólares; es decir, menos del 2% del conjunto de la deuda del Tercer Mundo (2)...
Los iniciadores de la campaña Jubileo 2000 (3) piden la anulación inmediata de la deuda impagable de los países pobres más endeudados. Esta última se eleva a cerca de 300 millardos de dólares, es decir, más o menos el 15% del conjunto de la deuda exterior de los países del Tercer Mundo. ¿Qué parte es impagable? Los iniciadores de la campaña adelantan algunos criterios pero, a fin de cuentas, las cantidades no se precisan. Los iniciadores no exigen que se paren los programas de ajuste estructural. En resumen, la lista de reivindicaciones de Jubileo 2000 no está, manifiestamente, a la altura del problema. Sin embargo, por primera vez en diez años, esta campaña ha relanzado una reflexión y una acción sobre la problemática de la deuda exterior: diecisiete millones de firmas fueron remitidas al G-7, el 19 de junio de 1999, durante la reunión en Colonia.
Dentro de Jubileo 2000, campañas nacionales, regionales y continentales, han radicalizado los objetivos iniciales. La coalición Jubileo 2000 de Africa Austral exige la los países pobres y pide que se paren anulación total e incondicional de la deuda exterior de los países de la región, que denuncian como la deuda del apartheid. También rechaza la iniciativa del BM y el FMI para las políticas de ajuste (declaración de Johanesburgo del 21 de marzo de 1999). La campaña lanzada en América Latina amplía la demanda de anulación de la deuda exterior a todos los países del continente (mientras que la plataforma mundial de Jubileo 2000 no se refería más que a los países más pobres) y va más allá del término "deuda impagable" añadiendo la necesidad de anular la deuda inmoral e ilegítima (declaración de Tegucigalpa del 27 de enero de 1999). La campaña francesa rechaza los planes de ajuste estructural y propone además "recuperar el dinero desviado con fines personales y colocado en el extranjero por algunos dirigentes de países endeudados".
La deuda total del Tercer Mundo (sin incluir a los países del Este) se elevaba a cerca de 1.950 millardos de dólares en 1997. El Tercer Mundo devuelve, cada año, más de 200 millardos de dólares. El conjunto de todas las ayudas públicas al desarrollo (incluidos los préstamos reembolsables a un interés inferior al del mercado) no sobrepasa los 45 millardos anuales, en estos últimos años. El Africa subsahariana gasta cuatro veces más para reembolsar su deuda que en todos sus gastos en salud y educación. En Estados Unidos, el endeudamiento de las familias alcanza los 5.500 millardos de dólares, y la deuda pública sobrepasa los 5.500 millardos de dólares. Las deudas públicas (expresadas en dólares) de los quince Estados miembros de la UE rebasa los 5.500 millardos de dólares. Anualmente, los gastos militares del mundo se elevan a 780 millardos de dólares, los de la publicidad alcanzan los 1.000 millardos de dólares (PNUD, 1998).
La plataforma
del movimiento ATTAC internacional apoya "la reivindicación de la
anulación general de la deuda pública de los países
dependientes y la utilización de los recursos liberados en favor
de las poblaciones y del desarrollo duradero, lo que muchos llaman la regulación
de la deuda social y ecológica (plataforma adoptada los días
11 y 12 de diciembre de 1998). En Brasil, el Movimiento de los Sin
Tierra (MST) pide especialmente, en su programa de urgencia, "la interrupción
de la sangría de divisas, principalmente mediante el control de
movimientos de capitales y la suspensión del pago de la deuda exterior,
la rebaja de los tipos de interés y el establecimiento de una moratoria
para la deuda interior, la ruptura del acuerdo con el FMI "
El Comité
para la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo (CADTM) defiende
la misma reivindicación que ATTAC internacional, a saber,
la anulación general de la deuda pública de los países
dependientes y la utilización de los recursos liberados en favor
de las poblaciones y el desarrollo duradero. El CADTM añade que
esos recursos deben ponerse en un fondo de desarrollo nacional controlado
por los movimientos sociales. Ese fondo debe ser alimentado por recursos
suplementarios: la retrocesión a los países afectados de
los fondos que tienen depositados en el Norte los ricos del Sur (lo que
implica la apertura de investigaciones internacionales, por ejemplo, sobre
los capitales de las personas cercanas al difunto Mobutu). Habría
que añadir transferencias de los países más industrializados
hacia los países dependientes para resarcirles del saqueo de que
han sido (y son todavía) víctimas. El CADTM apoya también
la propuesta de la "tasa Tobin". Para conseguir la realización de
estas propuestas son necesarios un poderoso movimiento ciudadano a nivel
mundial y un frente activo en los países endeudados.
Notas
(1) El hecho de retirar
a Nigeria de la lista responde a un objetivo de propaganda: hacer creer
que la deuda de los 41 países más pobres ha bajado desde
1995. Según el BM, esta deuda se elevaba a 235 millardos de dólares
en 1995 mientras que en 1998 representaba 205. Pero, en 1995, la deuda
de Nigeria alcanzaba los 35 millardos de dólares. Retirando discretamente
a Nigeria de la lista, y reemplazándolo por Malaui, cuya deuda se
acerca a los 2 millardos de dólares, el BM crea la ilusión
de que ha habido una disminución de la deuda.
(2) Véase el sitio del CADTM en Internet (http://users.skynet. be/cadtm).
(3) Jubileo 2.000 agrupa
a varias centenas de movimientos de todo tipo (sindicatos, asociaciones,
comités ad hoc), las Iglesias católica, protestante y evangélica
tienen un papel predominante.
Eric Toussaint
DEFINICIONES
Deuda multilateral:
deuda con el Banco Mundial, el FMI, los bancos regionales de desarrollo,
como el Banco Africano de Desarrollo, y otras instituciones multilaterales
como el Fondo Europeo de Desarrollo.
Deuda privada:
créditos contratados con acreedores privados, cualquiera que sea
el prestamista.
Deuda pública:
conjunto de créditos contratados por acreedores públicos.
Renegociación:
modificación de los términos de una deuda, por ejemplo cambiando
las fechas de los pagos o cambiando los términos de los pagos del
capital y/o los intereses.
Servicio de la
deuda: reembolso de los intereses más amortización del
capital prestado.
Transferencia financiera
neta: sustracción del servicio de la deuda (reembolsos anuales
-capital más intereses- a los países industrializados) de
los pagos brutos del año (préstamos) realizados por los deudores.
La transferencia financiera no es positiva cuando el país, o el
continente afectado, recibe más (en préstamo) de lo que reembolsa.
Es negativa si las sumas reembolsadas son superiores a las sumas prestadas.
Desde mediados de los años 80, el FMI recibe más de lo que
presta del Africa subsahariana. La transferencia neta es, por tanto, negativa
para esta región del mundo.