CULTURA PARA LA ESPERANZA número 32. Verano 1998
La mano oculta de las Multinacionales y Acuerdo Multilateral sobre Inversiones
Hay una idea que empieza a extenderse sobre las consecuencias de la globalización, que es la difusión de un capitalismo globalmente desorganizado, donde no existe ningún poder hegemónico ni ningún régimen internacional, ya sea de tipo económico y/o políticoVer nota 1. No sé a qué globalización se refieren los propagadores de esta idea, pero lo que sí es cierto, es que no debe tratarse de la misma globalización económica nacida de la ideología neoliberal que actualmente rige los destinos políticos, económicos y sociales del planeta tierra; y prueba de ello el contenido del Informe de la Corporate Europe Observatory (CEO) sobre Ciudadanos y Medio Ambiente sacrificados a la Agenda de Inversión de las Corporaciones, en el que se basa este artículo cuyo objetivo es demostrar cómo sí existe un gobierno mundial, que representa los intereses de los grupos multinacionales, analizando el caso concreto de las negociaciones sobre el Acuerdo Multilateral de Inversiones (AMI)Ver nota 2. Si después de leerlo alguien sigue creyendo que asistimos a un "capitalismo globalmente desorganizado", prometo creer a partir de ahora, que fue la abuelita de Caperucita quien se comió al lobo.
Los negociadores oficiales y formales del AMI son la OCDE ( Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, formada por los países más ricos de Europa occidental, USA, Canadá, Japón y Corea del Sur) y la Comisión Europea; la OMC (la Organización Mundial del Comercio) ha sido invitada en calidad de observador. En 1991, la Conferencia Ministerial de la OCDE acordó la realización de un estudio de viabilidad para un acuerdo multilateral de inversión, estudio que llevaron a cabo dos grupos de trabajo de la OCDE: el Comité de Inversión Internacional y Empresas Multinacionales (CIEM) y el Comité de Movimientos de Capitales y Transacciones Invisibles (CMTI). En 1994, se crearon 5 grupos de trabajo formados por "expertos independientes gubernamentales" (¿cómo se puede ser independiente si se depende de los gobiernos?) para la preparación de los elementos esenciales del AMI; en mayo de 1995, los ministros de los países de la OCDE decidieron iniciar las negociaciones sobre el AMI, con el objetivo de concluir el acuerdo en mayo de 1997 Ver nota 3, pero el lanzamiento inicial de las negociaciones oficiales tuvo lugar en septiembre de 1995, en un grupo negociador presidido por el holandés F.A. Engering, en el que participaban todos los miembros de la OCDE y también la Comisión Europea, asistiendo la OMC como observador.
Estos son oficialmente quienes llevan las negociaciones; ahora bien, los que entre bastidores manejan los hilos y que apenas se dejan ver ni oir, son los portavoces de los conglomerados industriales y comerciales transnacionales, reunidos en un grupo de expertos que asesoran a los negociadores de la OCDE y la Comisión Europea: el Comité Asesor del Comercio y la Industria de la OCDE (BIAC); aunque también están presentes los sindicatos a través de la TUAC (Comité Asesor de Sindicatos), es el primero el que realmente influye en los contenidos y en la toma de decisiones.
Veamos la composición de este comité de expertos y asesores de la OCDE para saber a qué intereses responde realmente el AMI y quiénes son los negociadores "de facto".
El Comité Asesor de Comercio e Industria (BIAC), es el máximo representante de los intereses industriales en la negociación del AMI. El BIAC, con base en París, nació el mismo año que la OCDE en 1960 y ésta le consulta formal e informalmente de modo regular. Está compuesto por las organizaciones patronales de los distintos Estados de la OCDE y por grupos de presión industriales tales como la Cámara Internacional de Comercio (CIC), la Mesa Redonda Europea de Industriales (ERT), la Unión de Confederaciones Europeas de Industriales y Empresarios (UNICE), el Consejo de Estados Unidos para el Comercio Internacional (USCIB), el Consejo Industrial sobre Asuntos Nacionales de Canadá (BNCI), la Coalición Industrial Japonesa (KEIDANREN), el Consejo Mundial de Comercio sobre Desarollo Sostenible (WBCSD). El BIAC está organizado en 14 comités, que trabajan en asuntos que van desde el comercio, la educación y los productos químicos a la inversión internacional.
Desde el principio del proceso de negociaciones, el BIAC ha sido un defensor estusiasta del AMI, y entre 1991 y 1995, ha participado activamente en el trabajo previo a las negociaciones. La importancia del BIAC es evidente, no sólo por las consultas que la OCDE le hace de manera formal, sino también por las que son hechas a puerta cerrada, antes y después de cada sesión negociadora.
Si nos detenemos ahora en cada uno de estos grupos industriales y comerciales de presión europeos, norteamericanos, canadienses y japoneses que forman parte del BIAC, podremos comprobar que sus miembros, las corporaciones transnacionales se repiten y que son estas últimas las auténticas, aunque "invisibles", negociadoras del acuerdo.
La Cámara Internacional de Comercio (CIC) es uno de los actores que más peso tiene en las negociaciones del AMI. Se define a sí misma como "la organización mundial de los negocios" y entre sus miembros se encuentran algunas de las multinacionales más poderosas del mundo: Asea Brown Boveri, Bayer, British Petroleum, Dow Chemical, General Motors, Hyundai, Nestlé, Novartis, Shell, Toshiba, Zeneca y otras. Su Presidente es el director de la Nestlé, también Presidente de la Mesa Redonda Europea de Industriales grupo de presión que forma parte a su vez del Comité Asesor del Comercio y la Industria de la OCDE. La secretaria general del CIC ha sido durante dos décadas una de las principales promotoras del Foro Económico Mundial que se reúne todos los años en Davos Ver nota 4.
Las huellas de la CIC en el borrador del acuerdo son innegables, sobre todo a la hora de definir los mecanismos en la resolución de conflictos inversor-estado, porque el borrador actual incluye la propia Corte de Arbitraje de la CIC como una de las instituciones a las que las multinacionales podrán recurrir en caso de conflicto con un gobierno. El papel de la Cámara en este mecanismo será vigilar los conflictos y facilitar el proceso de resolución. Como es evidente, nos asalta la duda de la objetividad de estas resoluciones, cuando la CIC es a la vez parte y juez en el asunto.
La CIC ha usado también su acceso y status consultivo en las principales cumbres internacionales para presionar a favor del AMI. En 1997, durante la Cumbre de Denver del G-7 (que acoge a los países más industrializados del mundo), la CIC se reunió con los jefes de estado para presentarles su punto de vista, así como para urgirles a que trabajaran más duro para asegurar que las negociaciones del AMI finalizaran rápidamente y rechazaran absolutamente el intento de controlar las inversiones con medidas protectoras ambientales y sociales.
La Mesa Redonda Europea de Industriales (ERT) es una organización que comprende 45 de las mayores multinacionales, entre las que cabe destacar: Unilever, Fiat, Siemens, Nestlé, British Petroleum, Daimler-Benz, Philips, ... con algunos miembros españoles como Cepsa, Iberdrola y Telefónica. Desde su fundación en 1983, ha mantenido estrechas relaciones con la Unión Europea y no precisamente, para defender el bien común de los ciudadanos europeos nota 5. Su Presidencia recae en la misma persona que preside el CIC, el director de la multinacional Nestlé.
La ERT se ha volcado en el ablandamiento de la oposición de los países en desarrollo del Tercer Mundo a la liberalización de las inversiones. Muchos de estos países argumentaron que la discusión sobre inversión debía realizarse en el seno de la UNCTAD (Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo), así que la ERT coorganizó una reunión sobre el tema a finales de 1997 con esta organización, a la que acudieron 16 directores ejecutivos de compañías miembros de la ERT (entre los que se incluyen ABB, British Petroleum, Krupp, Nestlé y Shell),la secretaria de la CIC y unos 25 embajadores con base en Ginebra. El documento base que se discutió fue un documento elaborado por la misma ERT.
El Consejo de Estados Unidos para el Comercio Internacional (USCIB), cuenta entre sus miembros con más de 300 multinacionales, grupos industriales de presión, firmas legales y bancos, entre los que se incluyen, Coca-Cola, Chevron, Dupont, General Motors, ATT, Honeywell, Ford, McDonalds, Monsanto, Nestlé USA, Philips Morris, Shell, Texaco, Unilever... USCIB es uno de los afiliados estadounidenses del CIC y de la Organización Internacional de Empresarios (OIE), y lo que es más importante, lidera el grupo de expertos del BIAC.
El Consejo Industrial sobre Asuntos Nacionales (BNCI) es el equivalente canadiense de la ERT y la USCIB. Entre sus 30 miembros se encuentran los directores de varios grandes bancos y de las principales multinacionales canadienses y extranjeras, como Air Canada, ATT, Bechtel, Bombardier, Canadian Pacific, Cargill, Dupont, General Motors, Hewlett-Packard, Loram, Mitsubishi, Monsanto, Nestlé, Northern Telecom, Petro Canada, Placer Dome, ... El BNCI trabajó tenazmente para conseguir la aprobación del Acuerdo de Libre Comercio entre Canadá y Estados Unidos de 1988 y organizó una costosa campaña para asegurar la elección del actual gobierno neoliberal.
La Coalición Industrial Japonesa (KEIDANREN) cuenta con más de 1000 miembros entre los que se incluyen Toyota, Mitsubishi, Nissan, Sony, Sakura Bank, Nippon Steel Corporation... Como Japón y Corea del Sur son los dos únicos miembros asiáticos de la OCDE, el objetivo principal de esta coalición es que el AMI se firme por el mayor número posible de países en desarrollo, para ello han mantenido conversaciones con la USCIB para la inclusión de los países miembros de la APEC (Asociación del Pacífico para la Cooperación Económica) en el acuerdo.
El Consejo Mundial de Comercio sobre Desarrollo Sostenible (WBCSD), es lo que la Corporate Europe Observatory (CEO) denomina "el grupo industrial de presión verde", que propugna como receta para el desarrollo sostenible la liberalización del mercado global y la autorregulación por la industria en lugar de la intervención gubernamental. Algunas de las multinacionales que forman parte de este Consejo son: Volkswagen, Fiat, Shell, Unilever, ATT, Nestlé, Xerox, British Petroleum, Sony, Mitsubishi, Texaco, Shell, Hitachi, Volvo, renault,...Ver nota 6.
Por último, el Comité Asesor de Sindicatos (TUAC) es la otra instancia institucional de asesoramiento de la OCDE. Representa a más de 55 sindicatos del mundo industrializado y cuenta con más de 70 millones de trabajadores. Sus recomendaciones van en la línea de asegurar y garantizar los derechos sociales y medioambientales de las sociedades afectadas, aunque los negociadores del AMI parecen más bien hacer oidos sordos a sus consejos. El TUAC es al BIAC lo que el Parlamento Europeo a la Comisión Europea: el elemento decorativo que sirve para representar la pantomima de la democracia formal.
El segundo negociador oficial del AMI después de la OCDE, es la Unión Europea. Ahora bien, quien realmente tiene voz y voto, como para todos los asuntos claves en la UE es la Comisión Europea, formada por todos los ministros de economía, finanzas y comercio de los 15 países miembros. La participación de la UE en los debates sobre el AMI se realiza a través de la Organización Mundial del Comercio (OMC), en donde está representada por sir Leon Brittain de Relaciones Económicas Exteriores, conocido defensor de las tesis neoliberales y de la liberalización del comercio y las inversiones dentro de la OMC, como primer paso, hacia la liberalización total.
¿Y el Parlamento Europeo? El Parlamento Europeo, máximo representante de los ciudadanos europeos, es la guinda decorativa de la farsa democrática de la UE. No posee ni un papel formal en las negociaciones del AMI, ni el derecho legal a ratificar o rechazar el acuerdo. Su carácter consultivo no obliga a la Comisión Europea a cumplir sus resoluciones, a pesar de haber solicitado el derecho a ratificar el acuerdo y de haber criticado duramente el contenido del borrador por "el desequilibrio entre los derechos y obligaciones de los inversores, a los que garantiza plenos derechos y protección, mientras que los países signatarios están aceptando gravosas obligaciones que pueden dejar a sus poblaciones desprotegidas", además de denunciar "el hecho de que hasta ahora las negociaciones se han conducido con el máximo secreto, excluyendo incluso a los parlamentos" (Informe de la CEO).
El proceso negociador del AMI, si para algo puede servir, es para certificar la ausencia de poder real de la institución parlamentaria europea, la única que elegimos los ciudadanos de a pie, ¿será una causalidad, que los únicos a los que elegimos son los que menos poder tienen en el entramado institucional europeo?
Si representamos gráficamente el entramado "formal" e "informal" de las negociaciones del AMI (ver cuadro anexo), la conclusión es aplastante: bajo la aparente dispersión de poder por la forma de red que adquieren los tentáculos de los grupos industriales y comerciales de presión, es indudable la existencia de un poder centralizado representado por las grandes corporaciones transnacionales que dominan los centros claves donde se toman las decisiones económicas y políticas. Las conexiones son evidentes: el Presidente de la CIC es el mismo que el de la ERT; su secretaria la promotora de la Cumbre de Davos; el Presidente del BIAC el director de una multinacional; la ERT, USCIB, BNCI, KEIDANREN todos afiliados a la Cámara Internacional de Comercio; las mismas multinacionales (con un asterisco en el cuadro) en todos los grupos de presión,... ¿hay quién se atreva todavía a afirmar que no existe un gobierno mundial?
El reverso de este poder mundial de las trasnacionales es la pérdida de soberanía de los gobiernos y la incapacidad de los políticos profesionales para oponerse a él (bien por ignorancia real o fingida, o por connivencia con los intereses industriales y comerciales). Ante estos hechos surgen preguntas e interrogantes que sería bueno plantear a los políticos cuando nos pidan el voto, ya sea a nivel nacional o europeo: ¿para qué sirve el Parlamento Europeo, si sólo tiene carácter consultivo?; ¿en qué consiste la democracia de las instituciones europeas si los que elegimos son los que menos capacidad de decisión tienen?; si los políticos están en conocimiento (y suponemos que lo están) de esta forma de proceder ¿cómo es que lo consienten?; ¿en qué se diferencian los políticos del aparente arco ideológico, si hasta ahora ninguno ha denunciado esta ausencia de democracia política ni de dictadura económica?...
Ana Rivas